Comentario
Cuando hablamos del arte del Quattrocento establecemos una delimitación precisa en el ámbito del arte europeo del siglo XV refiriéndonos exclusivamente al arte que se produce en Italia durante esta centuria. A partir de 1400 en Italia se inicia la formulación de un lenguaje clásico en clara contraposición a las corrientes dominantes en los restantes países europeos. Desde un punto de vista formal, la aparición del arte del Quattrocento llevó a Italia a seguir una trayectoria en solitario hasta que en el siglo XVI las formas del Renacimiento se extiendan a los distintos países de Europa. Como elemento de contrapeso, fueron abundantes los contactos con el arte flamenco, bien a través de los viajes de algunos de sus pintores a Italia, la llegada de obras procedentes del Norte y que eran muy apreciadas o por el influjo que se deja sentir desde el Sur. Por el contrario, la influencia de Italia en Europa hasta finales del siglo XV, a diferencia de lo que sucedería en la centuria siguiente, fue muy escasa por no decir que inexistente.
Una de las principales novedades que comporta la aparición del nuevo lenguaje radica en que no fue solamente una mutación de índole formal como las que se habían producido en anteriores transformaciones artísticas. El arte del Quattrocento italiano surge íntimamente unido a una forma completamente distinta de entender la práctica artística y el funcionamiento de la obra de arte en la sociedad. Pues el Renacimiento comporta una transformación que afectó a todas las formas de la vida, la economía, la política, la ciencia, la cultura y la religión. Es cierto que esta transformación tiene sus raíces en una serie de factores y cambios que se venían dejando sentir con anterioridad, pero es en esta centuria cuando se produce una conjunción de factores que dan lugar a una situación radicalmente distinta.
En relación con el ámbito de la cultura se aprecia la culminación de un proceso de secularización que afecta a todos sus aspectos. No se trata de que la cultura haya dejado de ser cristiana sino de que se ha desentendido de un patrocinio ejercido exclusivamente por la Iglesia. El arte comienza a cumplir funciones que superan los límites casi exclusivamente religiosos que había venido desempeñando. En una época en la que los Humanistas descubren la cultura de la Antigüedad, el arte experimenta una estimación nueva al tiempo que la consideración de los artistas experimenta una transformación radical. A través del arte los señores refrendan en las cortes una imagen de prestigio que explica el alcance y empeño de sus empresas artísticas. Los grandes señores, a través del arte, de sus colecciones y de sus artistas emprenden acciones políticas y diplomáticas. Pues la cultura forma parte de la virtù inherente a todo príncipe que ve como una necesidad el afrontar importantes programas artísticos.